El Trastorno del Espectro Autista (T.E.A.) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la persona en las distintas áreas del desarrollo, al largo de su vida.

En alteraciones como:

– En la percepción de sí mismo y del contorno tal y como lo conocemos (tienen preferencia y procesan mejor la información visual teniendo a la vez dificultades en el procesamiento auditivo y del lenguaje).

– Acentuada atención a los detalles, con una gran dificultad en la comprensión de cómo encajan juntos los dichos detalles.

– Dificultades en la comunicación, tanto en la comprensión, como en la expresión, que suelen variar dependiendo del nivel evolutivo de la persona y alteraciones en las relaciones sociales, así como para combinar, secuenciar, integrar, organizar ideas, actividades o materiales. Pueden tener comportamientos rígidos y repetitivos, tales cómo repetir palabras continuamente de la misma forma. Asimismo, estas dificultades pueden ser verbales (dificultad en la comunicación mutua o en el contexto en el que son necesarias) o no verbales (dificultad para entender o emplear significados de expresiones xesticulares, faciales, etc, de otras personas).

– Algunas personas con T.E.A. pueden presentar dificultades para relacionarse con los demás, así como para desarrollarse en determinadas contornos sociales. De esta forma se pueden observar dificultades para comprender las reglas sociales, dificultades para entender o expresar emociones en cada situación, dificultades para adaptar su comportamiento en los diferentes contextos, así como acercamientos inadecuados o inusuales para iniciar interacciones con otras personas.

– Rigidez en la flexibilidad del pensamiento y de la actitud, existiendo normalmente un patrón de actitudes estereotipadas, teniendo tendencia a tener rutinas. Interrumpir rutinas suele resolverse en disgustos, ansiedad o confusión.

– No comprensión del concepto tiempo, realizando actividades de forma demasiado lenta o rápida, teniendo muchas veces problemas también en la diferenciación del principio, medio o final de una actividad.

– Una restricción de intereses por la falta de capacidad de imaginación y ficción, así como fuertes impulsos para hacer actividades favoritas.

– Grandes rechazos sensoriales en el procesamiento de estímulos, sonidos, luces, texturas, olores, sabores. Indiferencia al dolor, fascinación por objetos que brillan o luces que habían visto, malestar ante determinados sonidos, olores, o tocar solo determinadas cosas.

No hay varias clases de T.E.A. Cada persona con T.E.A.. es única a pesar de compartir unos patrones comunes de la afición. La influencia de los apoyos que reciba a lo largo de la vida y de los diversos niveles de gravedad de la afición, hace que cada persona sea única.

Teniendo la intervención adecuada y los recursos necesarios en las áreas en las que se pudieran presentar déficits y los apoyos personalizados e individualizados, se podría conseguir una mejor calidad de vida e independencia de todas las personas con T.E.A..

Las personas con T.E.A. no solo tienen dificultades, sino que también tienen una serie de talentos y capacidades como:

– Conocimiento sobre los temas de su interés.

– Curiosidad por cosas muy específicas.

– Cumplimiento de las reglas y normas establecidas.

– Atención por los detalles.

– Sinceridad y honestidad.

– Capacidad para escuchar sin perjuicios.

– Meticulosidad.

– Adaptación y seguimiento de rutinas.

– Gran competencia en tareas repetitivas

– Tendencia a ser personas muy lógicas.